Los ingenieros y desarrolladores de software se han convertido rápidamente en algunos de los profesionales…
El saber no es suficiente, debemos aplicarlo. El querer no es suficiente, debemos hacer
Bruce Lee lo dijo claro:
“El saber no es suficiente, debemos aplicarlo.
El querer no es suficiente, debemos hacer.”
Hay dos factores en los que se sostiene su máxima:
Ser constante (tenaz, perseverante e insistente) y consistente (que es resistente o duradero). Madre de ambas dos es la disciplina (la capacidad para controlar los impulsos, sobre todo aquellos que nos apartan de los objetivos).
Estamos tan habituados a adquirir conocimiento, charlas Ted, podcasts, conferencias o cursos online…y están bien! si luego HACES con consistencia y constancia algo al respecto.
Recuerdo al irme a vivir a India, en el Ashram, sonar todas las mañanas a las 4.30 am la campana -llamada a la práctica.
De las 40 personas que allí vivíamos, aparecíamos 12.
Yo era la recién llegada, estaba adaptándome al ritmo y vida de allí, pero me sorprendió ser tan pocos. En cambio en la práctica de la tarde estábamos casi todos.
Tras varias semanas, con curiosidad me aventuré a preguntar a los que no asistían porque no lo hacían.
Y las respuestas fueron diversas… el calor nocturno y la falta de horas de sueño… la práctica de la tarde era más larga y suficiente…o que no escuchaban la campana por la mañana…
Cuando pregunté al maestro así me respondió:
En su mayor parte, las personas no son realmente conscientes de sí mismas, su atención está en otra cosa. Sin intención dejan que sus mentes salten de una cosa a otra.
Desarrolla la intención de prestar atención a ti misma y descubrirás tu verdadero potencial, tu verdadero yo. Por eso practicamos una y otra vez.
Y no todo el mundo está dispuesto a practicar para obtener el resultado, pero todo el mundo adquiere conocimiento al respecto.
Por ello en mis formaciones son indispensables los recursos prácticos, las herramientas con las que generamos y sustentamos la transformación que buscamos:
1.La meditación.
2.Prácticas de atención plena.
3.Gimnasia mental/ejercicios de estimulación cognitiva.
4.Técnicas de respiración.
5.Rutinas de relajación.
Lo dice bien claro el refrán: La práctica hace al maestro.
zaloauriarte.com